Bodegón de frutas
Hacia 1660. , 28,5 x 37 cmNo expuesto
Naturaleza muerta con melocotones y peras sobre un plato de estaño. Aunque se conoce a Arellano fundamentalmente como excelente pintor de flores, también se sabe que en su taller se porducían pinturas de otra temática, especialmente bodegones de frutas, que posteriormente eran vendidos en la tienda de su propiedad, situada frente a la iglesia de San Felipe. Este lienzo es el único conocido de este género firmado por el autor, por lo que su importancia es manifiesta.
En la composición, la sensación de horizontalidad se rompe con la colocación vertical de alguna de las peras. Pese a que los diferentes planos no están bien delimitados, lo que origina sensación de acumulación de elementos, y de que la consecución de las calidades de las pieles no evoca la de los conocidos pétalos de las flores, el autor ha conseguido una pintura armoniosa y entonada. Los perfiles de las frutas están delimitados por líneas oscuras, a veces bastante gruesas. Predomina la gama de los colores ocres en el fondo y en la mesa, a la que se unen unas tonalidades verde grisáceas de la piel de las peras y los amarillos con toques rojos que dan idea de la madurez de los melocotones. La luz baña la escena desde el ángulo superior derecho, produciendo sombras entre las propias frutas y en el lateral izquierdo.
Museo del Prado, Últimas adquisiciones: 1982-1995, Madrid, Museo del Prado, 1995, p.41