Cabeza de agonizante
1818. Lápiz negro, 145 x 105 mmNo expuesto
Acompañan a este dibujo unas inscripciones de mano de Felipe de Arrojo, que se dice discípulo de Goya, en las que se indica que éste había sido preparatorio para la cabeza de san José del cuadro de las Escuelas Pías: "estos apuntes, echos con lapiz, por mano del celebre pintor Goya cabeza de Sn Jose Calasanz que esta en la escuela pia. Dado a su discipulo Felipe Arrojo en 1818 Madrid". Anotaba asimismo Arrojo que: "hasta los numeros son echos de mano de Goya". Efectivamente, es de su especial grafía una serie de números que se corresponden con las numeraciones de los bonos del banco de San Carlos, conocidas por las que aparecen en el Cuaderno italiano.
El delicado dibujo representa una cabeza de agonizante, vendada a la manera en que se preparaba entonces a los moribundos, y reposando en una almohada. La fisonomía es similar a la de fray Juan de Rojas, conocida por su retrato y, tal vez, por un dibujo atribuido a Goya en el British Museum, en el reverso del retrato del duque de Wellington en que una inscripción, no de mano del artista, podría corroborarlo: "Al espirar fray Juan Fernandez Agustino".
Es posible que el dibujo del Prado fuera también un rápido bosquejo de la cabeza del célebre poeta y agustino fray Juan Fernández de Rojas, realizado en un pequeño cuaderno de apuntes, como indica la hoja de papel en que está hecho, que guarda las huellas del cosido. La fecha que anota en el dibujo Felipe Arrojo, de 1818, podría coincidir con la edificante muerte del agustino, sucedida según algunas fuentes en 1817, aunque según otras en 1819. Tanto si el modelo fue el célebre poeta como si el apunte fue una anotación del natural de otra persona, la cabeza fue ciertamente utilizada como modelo para la de san José de Calasanz, lo que le confiere el sobrecogedor verismo de su expresión.
En el reverso, la página presenta dos pequeños apuntes, de los que uno se puede identificar con un baile popular, similar a los pequeños grupos bailando en el fondo de la Pradera de San Isidro, aunque la técnica del lápiz lo relaciona con el mismo tiempo que la cabeza del anverso. De ese período es el dibujo de un baile popular, aunque interpretado en clave satírica, para el Disparate alegre.
Goya en tiempos de guerra, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2008, p.502, n. 190