Cabeza masculina
1560 - 1570. , 337 x 260 mmNo expuesto
En su época, Passerotti fue muy apreciado como dibujante, y la admiración por su arte continuó a lo largo de los siglos XVII y XVIII. La técnica elegida para la mayoría de sus dibujos era la pluma, y sus estudios acabados, como el presente ejemplo, eran los más solicitados por los coleccionistas. Passerotti perfeccionó lo que podríamos llamar estilo de la red de pescar, consistente en lograr un sombreado tonal mediante el entrecruzamiento de líneas trazadas con la pluma, y que había sido introducido en los estudios a pluma de la época de madurez de Rafael y que posteriormente evolucionó a un lenguaje elegante más sofisticado en los de Parmigianino (1503-1540). En los dibujos de Passerotti de este tipo, las líneas son más finas y están dibujadas con más énfasis, al tiempo que las formas figurativas son más monumentales, ampulosas y voluptuosas, de acuerdo con el deseo del artista de alcanzar en el resultado final algo de la importancia de la obra de los grandes maestros, como Miguel Ángel (1475-1564) a quien se esforzaba en emular. Al mismo tiempo, con la acentuación del contorno y del sombreado cruzado, los dibujos a pluma de Passerotti denotan también la influencia de la técnica, por entonces nueva pero ya de amplia difusión, del grabado en cobre.
Passerotti solía copiar las figuras de los cuadros y de las esculturas de Miguel Ángel, no sólo para su propia satisfacción, sino para crear modelos o prototipos que luego haría copiar a sus discípulos (Dos putti de diferente sexo semi-desnudos, D1779; Estudios de figuras, D1780; y El Buen ladrón, D1775). Debió de hacer muchas de estas copias durante su estancia en Roma en las décadas de 1560 y 1570, inicialmente como discípulo de Taddeo Zuccaro, fallecido en 1566. Desgraciadamente, no ha sido posible identificar el prototipo de la cabeza del presente dibujo, si es que existe, porque no se descarta que fuera una creación del propio Passerotti. Puede haber sido sacado de una de las figuras pintadas por Miguel Ángel, pero también es posible que el artista se inspirara en los cuadros de Rafael. Existen dos cabezas análogas en la obra de Rafael que podrían haber sido la fuente de inspiración: una es el llamado joven leonardesco que aparece a la izquierda del primer término en La Disputa de las Stanze del Vaticano; la otra, invertida, es la cabeza de San Juan Evangelista, segunda figura por la izquierda de Santa Cecilia con san Pablo, san Juan Evangelista, san Agustín y santa María Magdalena (Bolonia, Pinacoteca Nazionale), por entonces en la iglesia boloñesa de S. Giovanni in Monte.
Museo Nacional del Prado, Catálogo de dibujos. Dibujos italianos del siglo XVI (por Nicholas Turner, con la colaboración de José Manuel Matilla), Madrid, Museo Nacional del Prado, 2004, p.114, 340