Charles Bennet Lawes como atleta victorioso en reposo
Hacia 1872. Mármol de Carrara, 180 x 75 cmNo expuesto
Charles Bennet Lawes (Teignmouth, Devon, 1843-Rothamsted, Harpenden, 1911) fue un deportista, escultor y coleccionista de arte, miembro de una destacada familia británica. Educado en Eton y en el Trinity College de Cambridge, sobresalió desde muy joven en el deporte. Ganó de forma reiterada prácticamente en todas las competiciones en las que participó desde 1858. Sus éxitos fueron memorables en la historia deportiva de Gran Bretaña, en concreto en diversas especialidades de remo y en las carreras de obstáculos, con frecuentes reconocimientos. Posteriormente, con más de cincuenta años, también ganó premios en ciclismo. Además de esta dedicación que le ocupó toda su juventud, Lawes fue escultor, formado precisamente con John Henry Foley en Londres, a cuyo taller se incorporó hacia 1868/69. Durante algunos meses de 1869 estudió en Berlín con Hugo Hagen (1818-1871), un escultor alemán con muchos vínculos con la escultura británica. Poco después, Lawes tuvo su taller propio en Chelsea.
En el momento de realizar esta obra, Foley tenía ante sí a un gran atleta en buena forma, pero cuando estaba concluyendo la estatua Lawes ya tenía, casi, treinta años. Es evidente que el escultor se inspiró en el arte clásico y neoclásico, que siempre presenta modelos juveniles, pero no lo planteó como un desnudo idealizado. Tampoco intentó equipararlo con un modelo adolescente de musculatura túrgida, sino que concibió la dimensión material con naturalismo franco y, se puede decir, poco usual, en el que el cuerpo transmite la imagen de un adulto. El planteamiento es el de un atleta desnudo a la clásica, cubierto solo con una hoja de parra, y con una corona de laurel en la mano, como la que llevaban los deportistas victoriosos griegos en los Juegos Olímpicos. Su cabello, rizado, está bien elaborado y con una factura moderna, y su cuerpo descansa sobre la pierna derecha, en actitud de una cierta indolencia, elegancia y serenidad, mientras su mano izquierda se apoya, sin apenas presión, en un tronco de árbol, a la manera de los desnudos en la Antigüedad.
Se intuye una cierta curva praxiteliana, que se aprecia, particularmente, cuando se contempla el desnudo por la parte posterior. Pero tiene una gran dosis de realismo, pues en lugar de representar, como Foley sabía hacerlo, la juventud y la energía física, o incluso la tensión de un atleta en un momento determinado, optó por el reposo y el equilibrio, en un total naturalismo. Foley consideraba que el valor de conocer la tradición de la estatuaria clásica era, precisamente, la posibilidad de reelaborarla con una mirada de su época. La proyectó con gran realismo y, a la vez, mostrando la esencia de la escultura, pues su pose, que presenta de manera algo flemática, sin la energía propia de un joven atlético, trata la belleza masculina acentuando la materialidad del cuerpo. Pero tenía que traducir, de alguna manera, tanto el heroísmo de un vencedor que había ganado en sana competición numerosos premios deportivos a lo largo de su vida, como la celebridad que había conseguido. Buscaba transmitir la dignidad dentro del realismo y del planteamiento severo que siempre dio a sus obras, combinado con un toque de idealismo, a la manera clásica, que sobre todo se puede apreciar en la belleza ideal del rostro.
Pudo partir de una inspiración clásica en diversas esculturas, quizá las que tuvo más cerca, como la de Dionisio del siglo II d. C. siguiendo un modelo helenístico, conservada en el Louvre, de la que existía una versión en la magnífica colección de Woburn Abbey, y de la que también se conservaba otro ejemplar restaurado y completado en el siglo XIX en la destacada colección de Petworth House. Por otro lado, también pudo fijarse en el arte neoclásico, mucho más cercano en época y estilo, en ejemplos como el desnudo de Hiacinto o Jacinto del artista neoclásico escocés Lawrence Macdonald (1799-1878), formado en Roma, que hizo en 1852 una versión de su obra de 1846, por encargo de la reina Victoria como regalo de Navidad para su esposo, y que se conserva en Buckingham Palace. El carácter naturalista con el que Macdonald representa al bello joven amante de Apolo, coincide con la escultura de Lawes en la misma posición de piernas y del brazo izquierdo, aunque tiene un contraposto algo más forzado, y reproduce, casi exactamente, pero con un cuerpo adolescente, el Dionisio romano según modelo helenístico que conserva el Louvre. La diferencia esencial con todos estos modelos en mármol estriba en que eran cuerpos adolescentes, coincidiendo en que estaban esculpidos con un ligero contraposto, colocados como era muy habitual junto al tronco de un árbol y, de la misma manera, en una actitud reflexiva.
Foley se adelantaba en el tiempo a un asunto que sería muy popular a partir sobre todo de la década de 1890, y que tenía que ver con la cultura del deporte, que poco tiempo después se difundió también a través de la revista Physical Culture editada en Nueva York en 1899. Los atletas fueron representados por otros escultores, especialmente en los años subsiguientes, preferentemente esculpidos en bronce y combinando formatos pequeños y grandes, dentro del movimiento caracterizado por obras dinámicas y llenas de energía denominado New Sculpture, un término acuñado en 1894.
Azcue Brea, Leticia, Una escultura de John Henry Foley en España: Charles Bennet Lawes como atleta victorioso en reposo. Boletín del Museo del Prado, 2019-2021, p.151-166 fs. 1 a-b, 2 a-b, 8 a-b, 9