El encuentro del rucio
Hacia 1894. , 48 x 78 cmDepósito en otra institución
Moreno Carbonero sintió predilección por el asunto del Quijote a lo largo de toda su carrera, tal y como se aprecia en esta obra que figuró en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1895. En esta y otras pinturas similares tiene gran importancia el camino polvoriento que ocupa a veces la mayor parte de la composición. Esta presencia, que en ningún otro artista es tan notable, se acuerda bien con la importancia que tiene en efecto el camino en la pintura. Se trata siempre de caminos descarnados, con vegetación pobre o seca, y con un polvo blanco que refleja la intensidad de la luz. El pintor solía ir a las afueras de la ciudad para pintar estos motivos y logra en ellos plasmar el polvo en suspensión a plena luz del día (Texto extractado de Barón, J.: "El Quijote y los artistas andaluces. Del romanticismo a la vanguardia", Reflejos del Quijote en Andalucía. Del romanticismo a la modernidad. Ayuntamiento de Sevilla, 2006, pp- 131-132).