Fernando VII recibiendo los tributos de Minerva y las Bellas Artes
1830 - 1831. , 278 x 1153 cmFachada Oeste
La obra fue diseñada y comenzada por Ramón Barba (1767-1831), escultor pensionado por el rey durante casi veinte años en Roma, académico de mérito en 1823, segundo escultor de cámara en 1828 y primer escultor de cámara en 1830. Presentó el boceto en 1829, el vaciado en yeso lo hizo José Pagniucci y Baratta (fines del siglo XVIII-1871) y Barba lo ejecutó en piedra entre el 17 de agosto de 1830 y el 2 de abril de 1831, conservándose todas las cuentas del proceso, época en la que ya existía en el Museo un taller de restauración de la Real Galería de Estatuas. A lo largo de la realización del relieve, trabajaron bajo la dirección artística de Barba: Diego Hermoso (1800-1849), Ponciano Ponzano, Francisco Pérez -oficial mayor, según Ponzano-, Juan Possi (Pose), Juan o Paulino Rossi (Rosi) -medio escultor, en palabras de Ponzano- y Miguel del Rey. Barba falleció en 1831 sin haber concluido el relieve. En 1840, José Tomás y Genevés (1793-1848), segundo escultor de cámara y restaurador de las esculturas del Museo, presentó por fin, a petición del director del Prado, el presupuesto del coste de la colocación en la fachada principal del medio relieve de piedra de Colmenar que hizo D. Ramón Barba, propuesta que fue aprobada en 1841 y ejecutada en junio de 1842, cuando Tomás certificó, el 21 de junio de 1842, que ha quedado concluida la colocación del bajo relieve en la fachada pral. de este R.l Estab.o.
El diseño de Barba desarrolla la alegoría de Fernando VII recibiendo el homenaje de las Bellas Artes, o Fernando VII recibiendo los tributos de Minerva y las Bellas Artes. Está presidido por el rey con el traje de gala de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, primera orden nacional española, esculpido con gran virtuosismo y que se corresponde fielmente con el hábito que conocemos. De manera muy detallista, presenta el collar del que pende la placa de cuatro brazos y la capa, la esclavina o muceta de seda y una amplia gola a la antigua. Porta, como parte del traje de ceremonia, un sombrero liso redondo, de copa y ala corta, que era de terciopelo azul celeste y decorado con tres plumas blancas. Apoya los pies sobre un escabel y luce zapatos a la antigua usanza española, que eran de cabritilla blanca con lazos azules. La figura del monarca, con la bengala de mano, se recorta sobre el fondo de un amplio cortinaje. Es, en definitiva, una representación de la protección de Fernando VII a las Ciencias y las Bellas Artes. A la izquierda, arrodillada, la Arquitectura y tras ella, de pie, la Pintura -que sujeta el retrato de la difunta segunda esposa del rey, Isabel de Braganza, fundadora junto a Fernando VII del Real Museo de Pintura- y la Escultura. En el extremo izquierdo, Clío, la Historia, escribiendo sobre la Alegoría del Tiempo, junto a Urania, representando las ciencias. A la derecha del monarca, bajo la inspiración de Minerva como diosa de la Sabiduría, aparecen, con sus respectivos atributos, Apolo, como dios de la poesía, Neptuno y Mercurio, que representan las cualidades del educador, la razón y la elocuencia, que se han querido identificar como inspiradoras de las decisiones del soberano (Texto extractado de Azcue Brea, L.: "El ornato exterior del Museo del Prado. Un programa escultórico inacabado", Boletín del Museo del Prado, Tomo XXX, 48, 2012, pp. 102-104).