Figura de Apóstol
1590 - 1654. Tinta parda, Pluma de caña, 240 x 200 mmNo expuesto
Francisco de Herrera el Viejo es uno de los dibujantes más singulares del barroco español y del que se conserva un nutrido corpus de dibujos que permite definir un estilo propio y reconocible. El empleo de la pluma de caña, que deja un trazo más grueso y cargado de tinta que la pluma de ave, es la técnica que singulariza la mayor parte de los dibujos que se tienen por seguros de Herrera. Los más definidos y precisos, vinculados probablemente con pinturas de un apostolado, están firmados y fechados en 1642. Este que adquirió la Fundación para el Prado es quizá algo posterior, mucho más rápido, a modo de ejercicio de madurez artística, y puede relacionarse formalmente con el San Juan Evangelista en Patmos conservado en los Uffizi, que Navarrete ha fechado hacia 1645-50. Herrera define con soltura el contorno de la figura del santo, de iconografía indeterminada, y construye los volúmenes a base del característico cruce de líneas diagonales, muy propio de la técnica empleada por los grabadores. En los márgenes de la figura emplea unos gruesos y cortos trazos de tinta, aplicados con una pluma de punta muy gruesa para definir las sombras, el tronco del árbol y la roca en la que se apoya (Texto extractado de J. M. Matilla en cat. exp. Cuarenta años de amistad. Donaciones de la Fundación de Amigos del Museo del Prado, 2021, p. 40)