Jesús entre los doctores
1635 - 1636. Óleo, 33 x 43,7 cmSala 076
La escena (Lucas 2:41–51) representa a Jesús sentado en el interior del templo entre sacerdotes y escribas que le escuchan asombrados. De acuerdo con la narración evangélica, había acompañado a sus padres a Jerusalén para la celebración del Pésaj. De la penumbra de un fondo arquitectónico apenas esbozado con unos pocos trazos de pincel emergen los sacerdotes ordenados en torno a Jesús, cuya escasa corporeidad contrasta con la rotundidad volumétrica del escriba sentado a su derecha, y del Sumo Sacerdote, la mesa y los libros intensamente iluminados en el primer plano. La estructuración compositiva sobre dos ejes diagonales confiere profundidad espacial y dinamismo a la escena. Un dinamismo que subrayan los escribas y sacerdotes sentados de frente al espectador pero con sus cabezas giradas hacia Jesús, la figura menor en tamaño pero de la única que emana una mayestática serenidad, condensada en el elocuente gesto de los dedos enumerando los argumentos que está exponiendo ante sus doctos oyentes. La luz procede de dos focos luminosos situados fuera de la escena y que inciden respectivamente en el escriba, y en el Sumo Sacerdote, la mesa y los libros. Las veladuras son muy finas, si bien las luces están aplicadas con una pincelada más densa. La escena está entonada en una gama de rojos y tierras -desde los pardos de paredes y suelo hasta las distintas gradaciones de rojo de las túnicas de los sacerdotes pasando por el intenso rosa de la de Jesús-. Esa gama cromática, a la que sirve de contrapunto el verde del tapete que cubre la mesa, unifica y articula en los fuertes contrastes lumínicos que construyen el espacio.
La confrontación visual de los libros (la Biblia) en el primer plano con la figura de Jesús sentado al fondo y de frente al espectador, puede ser interpretada como la formalización plástica de la confrontación dialéctica entre la religión antigua y todavía absoluta –por ello representada en el primer plano–, y el cristianismo por llegar –de ahí que Jesús aparezca como emergiendo desde el fondo–.
Como bien supo ver Juan Luna, el ingreso de este cuadro en el Museo supone un oportuno y valioso complemento a la representación de Bramer en la colección de Pintura Holandesa, que cuenta ya con dos obras suyas: El dolor de Hécuba (P2069) y Abraham y los tres ángeles (P2070), ambas escenas diurnas y de exterior. Con ello el Museo del Prado se convierte en el depositario de un importante grupo de obras de este interesante y personalísimo pintor. Un pintor, además, que como ilustrador está muy ligado a nuestra literatura del Siglo de Oro.
Posada Kubissa, T, 'Leonaert Bramer. Jesús entre los doctores' En: Memoria de actividades del Museo Nacional del Prado 2020, Madrid, Ministerio de Cultura y Deporte,, 2021, p.88-90