La Santísima Trinidad
Hacia 1754. , 295 x 170 cmNo expuesto
La iconografía es singular. En alto, rodeado de nubes y ángeles, figura un enorme Corazón de Jesús circundado de una corona de espinas. En el centro sobre una nube, La Trinidad con el Padre, anciano venerable, y el Hijo con el torso desnudo. Entre ambos vuela la paloma del Espíritu Santo. En la parte inferior, una multitud de santos sobre nubes. Se pueden reconocer por sus atributos o por la fidelidad a sus representaciones tradicionales, a la Virgen, San José, San Juan Bautista, Magdalena, Santa Catalina, Santo Domingo, San Francisco, San Ignacio, San Francisco Javier, San Francisco de Borja, Santa Bárbara, San Isidoro, Santiago, Santa Cecilia, Santa Juana de Chantal, santos todos, como observa Urrea, de la devoción de los soberanos.
La presencia del Corazón de Jesús está en relación con el auge de esta nueva devoción de la época. La fiesta del Sagrado Corazón la estableció Clemente XIII en 1729 y fue calurosamente acogida por los jesuitas y por la orden de la Visitación (salesianos), precisamente la orden que eligió Bárbara de Braganza para su fundación del monasterio de la Visitación (salesas), en la cual Giaquinto pintó un altar en donde figuran San Francisco de Sales y Santa Juana de Chantal adorando al Sagrado Corazón, que porta un ángel, que debe situarse, por razones de estilo y modelos en fecha inmediata a éste.