María Hahn, esposa del pintor
1901. , 192 x 128 cmDepósito en otra institución
Ajeno a la reivindicación que, desde finales del siglo XIX, venía produciéndose de los valores espirituales de las mujeres, Raimundo de Madrazo siguió ahondando en la imagen sofisticada de estas. La psicología y los sentimientos de las que posaron para él en los diversos ateliers que abrió en París y Nueva York quedaban cubiertos bajo los suntuosos brocados de sus trajes. Paradójicamente, esa moda, centrada en la vuelta a la estética y el buen gusto dieciochescos, y a la que se adhirieron con especial énfasis las nuevas fortunas norteamericanas, había surgido en paralelo al movimiento sufragista. Posar disfrazada de cortesana versallesca del Antiguo Régimen -como aquí la esposa de Madrazo, María Hahn- en la Nueva York de la primera década del siglo XX se convirtió en un paradigma de refinamiento para las mujeres de las principales sagas de los Estados Unidos. Insertas en una sociedad carente de pasado aristocrático propio, expresaban de este modo su conciencia de clase, aun a costa de proyectar una imagen inanimada y nostálgica de la elegancia y los valores que se desvanecían ante sus ojos.
G. Navarro, Carlos, Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931), Madrid, Museo Nacional del Prado, 2020, p.238 nº 49