Retrato de hombre
1521. , 50 x 36 cmSala 055B
Este retrato, una de las grandes creaciones de Durero, muestra a un personaje desconocido de tres cuartos y ocupando gran parte del lienzo. Durero lo sitúa ante un fondo oscuro en el que se aprecian algunos tonos azules. La luz, que entra por la izquierda, hace destacar los rasgos del rostro y de las manos, y proyecta la sombra del retratado en el fondo, a la derecha, donde se encuentran la fecha y el monograma del pintor. El sombrero, de grandes proporciones, resalta el rostro del modelo, de intensa mirada y carácter enérgico. Un segundo foco de atención lo constituyen las manos, y sobre todo el papel que sostiene enrollado en la izquierda, sin duda explicativo de su circunstancia social.
La fecha inscrita en la zona inferior derecha, con la última cifra de difícil lectura, corresponde en cualquier caso a la última etapa del pintor. Aunque muchos autores prefieren leer 1524, la tipología del lienzo y la forma en que está trabajada su superficie apuntan a los retratos que Durero hizo en los Países Bajos hasta mayo de 1521 o a los que ejecutó ese mismo año al volver a Núremberg. Esta tipología, de medio cuerpo y con la cara y las manos como principal foco de atención, fue la empleada por Durero en sus primeros retratos y la abandonó a partir de 1500. Después, sólo la retomó en casos excepcionales, como en el Retrato del emperador Maximiliano de 1519 (Viena, Kunsthistorisches) y en los que realizó durante su viaje a Flandes en 1520-21, por ser muy común entre los pintores flamencos. A partir de 1522 sólo realizó retratos de busto, por lo que, de haber pintado este retrato en 1524 se trataría de una excepción. Asimismo lo sería el modo en que trabajó la superficie, muy cuidada y con un gran interés por traducir las calidades de las cosas, al modo de los pintores flamencos y en competencia con ellos -especialmente con Quintin Massys-, tal y como hizo durante su estancia en los Países Bajos. Resulta lógico suponer que Durero ejecutó este cuadro en 1521, en Flandes o ya en Núremberg, como podría sugerir la rica indumentaria del efigiado, más propia de Alemania. Algunos autores han identificado al personaje con el concejal de Núremberg Hans Imhoff el Viejo -muerto en 1522-, con el tesorero Lorez Sterk -de quien hay un retrato en el Isabella Stewart Gardner Museum de Boston- o con Jobst Plankfelt, su casero en Amberes. Pero no hay fundamento para estas identificaciones, aunque haya constancia de que a todos los retrató Durero.
La obra se asocia habitualmente con un retrato de Durero que estaba en la colección de Carlos I de Inglaterra junto al autorretrato del pintor de 1498 (Museo del Prado, P2179), regalos ambos de la ciudad de Núremberg al monarca inglés en 1636. No obstante, las noticias que se tienen de esas obras hasta su llegada a España se refieren al autorretrato y a un retrato del padre del pintor, supuestamente el de 1497, del que existe una réplica en la National Gallery de Londres. Así se registra en la documentación que recoge su compra en la almoneda de Carlos I por el político Luis de Haro, quien los regaló a Felipe IV en 1654. Tras ingresar en la Colección Real española, las primeras referencias claras a este retrato se encuentran en el inventario de Carlos III (1789-90), donde se registra entre las obras colgadas en el Palacio Real de Madrid, desde donde ingresó en el Museo del Prado en 1827 (Texto extractado de Silva, P. en: El Prado en el Ermitage, Museo Nacional del Prado, 2011, pp. 72-73).