Retrato masculino
Hacia 1810.Sala 062
El tamaño del rostro, que ocupa casi la totalidad de la superficie, la profundidad de la mirada, la expresividad, el gesto altivo, la severidad en el tratamiento del color y un dominio insuperable de la técnica, son constantes en las obras de Ducker y le convierten en uno de los mejores miniaturistas activos en Madrid a comienzos del XIX. Esta miniatura y el retrato del señor Viado, conservado en la Academia de San Fernando, son las obras más tardías que conocemos del maestro holandés
Espinosa Martín, Carmen, Las miniaturas en el Museo del Prado: catálogo razonado, Museo Nacional del Prado, 2011, p.41