Retratos, Letreros e Insignias de los Reyes de Oviedo, León y Castilla de la Sala Real de los Alcázares de Segovia ordenados por el mandado del Católico Rey Don Felipe II Nuestro Señor. Año 1594
1594. , 350 x 245 mmNo expuesto
La serie de retratos de los monarcas de Castilla y sus respectivos escudos, desde don Pelayo hasta Juana la Loca, de mano del pintor Hernando de Ávila, recoge las imágenes de las esculturas que componían una suerte de friso que recorría la parte alta de la Sala de los Reyes del Alcázar segoviano. Si bien tal repertorio databa de época de Alfonso X, Felipe II emprendió en 1591 una restauración del conjunto, que en realidad fue una reestructuración en la que se añadieron y reordenaron diferentes tallas, precisamente a cargo de Hernando y su taller. Estas modificaciones supusieron no sólo su actualización, con la inclusión de los Reyes Católicos y de Juana I, sino realmente una reinterpretación de la historia de la titularidad de los reinos, con incorporaciones significativas, caso de otras cinco reinas titulares. La importancia de la transmisión femenina de la Corona, gracias a la cual los Habsburgo incorporaron a su casa los reinos peninsulares, quedaba así ciertamente fortalecida. Además, cierra el árbol genealógico, que clarifica las líneas familiares de transferencia de gobierno. El ideólogo del programa, a quien se encomendaron las correcciones, las inscripciones y el celo por la ortodoxia heráldica de los escudos, fue el bibliotecario y cronista real Esteban de Garibay. Sus obras como historiador se centran precisamente en los reinos y en la genealogía de éstos. De ahí que el Libro de retratos, no sea una simple ilustración de un espacio representativo del poder, o la crónica visual de una antigua sala de linajes medieval readaptada al nuevo discurso dinástico, sino que ejemplifica un concepto de la historia como historia de la Monarquía y sus titulares.