San Isidro Labrador
1753 - 1761. , 88 x 124 cmNo expuesto
En medio de la composición, el santo en pie, con la azada, en actitud de éxtasis místico. A la derecha, Santa María de la Cabeza trae una mazorca, y a la izquierda, el caballero Vargas se arrodilla para saludar al Santo, descendiendo de un corcel que un criado retiene por la brida. En el fondo, a la izquierda, se ven edificios madrileños y a la derecha, el ángel con la yunta, mientras bajan de los cielos bellos querubines.
Forma parte del proyecto decorativo para el Palacio Real Nuevo de Madrid, que contó con treinta y seis relieves o medallones, la mayoría en mármol de Badajoz, encargados por Fernando VI para decorar las sobrepuertas de la Galería principal, aunque al principio se proyectaran cuarenta y seis. El programa iconográfico lo estableció el erudito benedictino fray Martín Sarmiento, incluyendo asuntos religiosos que animaran al buen comportamiento, de ciencia que promovieran el conocimiento, instituciones políticas símbolo del buen gobierno, y victorias militares que señalaran el heroísmo. Este "sistema de adornos" fue aprobado por el rey Fernando VI en 1748 e iniciado en 1753 contando con los escultores más destacados de la Corte, pero Carlos III en 1760 consideró los relieves demasiado aparatosos, y varios quedaron inacabados, o apenas desbastados. Treinta y uno de ellos llegaron en 1862 al Museo del Prado, y seis se depositaron en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.