San Lucas pintando a la Virgen
1567 - 1572. , 264 x 214 mmNo expuesto
Esta obra constituye un dibujo preparatorio para el fresco San Lucas pintando a la Virgen de la capilla de San Lucas de la iglesia de la Santísima Anunciación, de Florencia. En 1560 la capilla, que era antiguamente la Cappella Benizzi, fue concedida al escultor Fra Giovanni Angelo Montorsoli (ca. 1507-1563), quien había sido admitido en la Orden de Servite en SS. Annunziata unas tres décadas antes. Éste se la regaló a sus compañeros florentinos, entre los que se encontraban Vasari, Bronzino (1503-1572), Francesco Salviati (1510-1563) y Bartolomeo Ammanati (1511-1592), para convertirla en una capilla conmemorativa de las artes. En una asamblea celebrada en la capilla el 24 de mayo de 1562 -cuando los restos de Jacopo Pontormo (1494-1556) fueron trasladados allí para su entierro-, los artistas agradecieron oficialmente a Montorsoli su donación. En la misma reunión Vasari anunció su intención de resucitar la antigua Compagnia di San Luca, o cofradía de los artistas, fundada en 1349, y celebrar sus reuniones en la capilla. La constitución de la Accademia del Disegno fue aprobada por la corte el 13 de enero de 1563, bajo el patrocinio de Cosimo I de Médicis (1519-1574). El mismo Montorsoli inició la decoración de la capilla, que quedó inacabada por su fallecimiento, donde fue enterrado el 2 ó 3 de septiembre de 1563. Dos años más tarde la capilla pasó a pertenecer a la Accademia del Disegno, firmándose un contrato para finalizar su decoración y se consagró a la Santísima Trinidad, aludiendo a la función del Disegno en las tres artes: la pintura, la arquitectura y la escultura. Sobre el altar Bronzino pintó un fresco que representa a la Santísima Trinidad. Las tres Bellas Artes están representadas por un fresco de Vasari, referido a la Pintura, otro de Santi di Tito (1536-1602), relativo a la Arquitectura que representa a Salomón construyendo el Templo de Jerusalén, y una docena de estatuas en las hornacinas de los muros, realizados por diferentes artistas, que aluden a la Escultura.
A Vasari el encargo le fue encomendado al final de su carrera, en 1573 según Pérez Sánchez, y en opinión de P. Barocchi y J. Kliemann, el fresco fue terminado por su joven rival Alessandro Allori (1535-1607), miembro como él de la Accademia del Disegno. Sin embargo, y a pesar de que el sobrino de Vasari, Marcantonio, lo data en 1573, F. Härb ha propuesto una fecha anterior, apuntando que inicialmente a Vasari le habían encargado pintar el fresco dedicado a la Arquitectura, pero que intercambió el tema con Santi di Tito, probablemente hacia 1567. En su opinión, al igual que en la de Kliemann, el dibujo del Prado debe de ser algo posterior, una vez que ya había iniciado el tema de san Lucas y la Virgen. Härb cree que el fresco probablemente quedó terminado en 1572, cuando Jacopo Zucchi (ca. 1540-1596), quien según él colaboró en su realización, se trasladó a Roma de forma permanente. En consecuencia el dibujo podría fecharse entre 1568 y 1572.
El dibujo ha sido cuadriculado para su ampliación, aunque existen algunas diferencias menores entre él y el fresco. Las actitudes de la Virgen y el Niño son las mismas, pero la disposición de los putti que les rodean ha sido alterada. De manera similar, San Lucas, representado como un hombre anciano con grandes entradas en su cabello, presenta la pierna derecha hacia atrás y sostiene la paleta en distinto ángulo. Detrás de la banqueta aparece su atributo, el buey alado (una de las cuatro bestias del Apocalipsis), y el grupo de tres figuras del dibujo queda reducido a dos en la versión pintada, que centran su atención en la aparición divina. Además, el decorado arquitectónico es más elaborado en el fresco.
Según la creencia popular, San Lucas era pintor, aunque San Pablo lo describe como "médico" (Colosenses, 4:14). De esta tradición resulta que pronto se convirtió en el patrón de los pintores, siendo frecuentemente representado pintando una divina aparición de la Virgen con el Niño, que es el tema de este dibujo. La Virgen sostiene a Jesús en su brazo y, mientras el Niño levanta la mano derecha para bendecir al Evangelista, con la mano izquierda señala con aprobación el cuadro que éste pinta. En el lienzo que pinta San Lucas, la Virgen aparece de medio cuerpo y el Niño extendiendo su mano hacia el espectador (Texto extractado de Turner, N.: Dibujos italianos del siglo XVI, Museo Nacional del Prado, 2004, pp. 92-95).