Santa Isabel de Hungría
1862. , 128 x 62 cmNo expuesto
Grupo en mármol realizado con ayuda de su hermano Agapito, en el que la reina del siglo XIII, hija de Andrés II de Hungría, ya viuda y tras abandonar por su fe las riquezas mundanas, socorre a un niño tullido.
Relata Rodríguez Codolà que en una visita al estudio de los hermanos Vallmitjana en1861, el rey consorte Francisco de Asís entre los bocetos que pudo contemplar estaban los de Santa Isabel amparando con su manto a un menesteroso, y le gustaron tanto que ´encareció a los autores se remitieran a la Villa y Corte para que la Reina diera su conformidad´. Doña Isabel II ´se mostró encantada con los modelos llevados a Palacio, y fue a la sazón cuando les anunció a los artistas que asignábales dos mil reales mensuales durante el tiempo que emplearan en la definitiva ejecución de las obras que resueltamente les encomendaba´ pues era muy devota de la santa. De hecho, se conserva un boceto en barro cocido en el Palacio Real de Madrid con el sello impreso de este escultor.
Concluida esta obra, fue presentada a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1862, con el no 343, y el 12 de diciembre de 1862 ambos hermanos firmaron en Madrid un escrito en la que regalaban a la Reina este grupo escultórico de Santa Isabel ´como una prueba de gratitud, agradecimiento y adhesión a su Real Persona´. La Reina ordenó remitir la estatua con su pedestal, ´su autor Vallmitjana´ [sin especificar nombre de pila] al Real Museo el 16 de febrero de 1865, y dos días después llegó el grupo escultórico y se colocó en la Galería de Escultura , inventariándose con el número 1007 y con autoría de Vallmitjana, de nuevo sin especificar.
En 1896 pasa a formar parte de los fondos del Museo de Arte Moderno hasta su regreso al Prado. Actualmente se exhibe en la sala 61 del Museo.La obra figura firmada en la base de forma algo llamativa, las dos V entrelazadas y la j en posición contraria a la correcta ´V. Vallmitjana /1862´. La intervención de su hermano Agapito debió ser importante, hasta el punto que en los primeros Catálogos del Museo de Arte Moderno, la obra Santa Isabel de Hungría aparece catalogada como obra, únicamente, de Agapito.
Es muy interesante comprender que éste era un tema vinculado especialmente a la Corte y en particular a la reina. Años antes, el rey consorte había encargado, en 1856, a Luis de Madrazo una Santa Isabel de Hungría con los menesterosos, que concluyó en 1859, cuadro regalado por la Reina Isabel II al Hospital de la Princesa y que hoy se encuentra en la capilla del palacio de Aranjuez. ´Entre los encargos promovidos desde Palacio a distintos artistas a lo largo del reinado isabelino, puede rastrearse una voluntad clara e inequívoca de vincular la figura de Isabel II con Santa Isabel de Hungría como ejemplo de virtud y caridad cristiana, bajo cuya protección se pondría la propia Reina, mostrando por ella una devoción no solo justificada por su misma identidad onomástica sino además por la pertenecía del linaje histórico de la santa protectora de los pobres a las raíces dinásticas más antiguas de la Monarquía, que la hacían entroncar a través de alambicados lazos familiares con la propia Isabel II´ (Díez:, 2010, pp. 75-76)
No es pues, de extrañar, que Venancio Vallmitjana se planteara esculpir un tema tan del gusto de la reina, una Santa con la que Isabel II sentía una evidente vinculación moral. Recordemos que fue la hija del rey Andrés II de Hungría (1207-1231), que dedicó su vida al cuidado de los necesitados, en particular de los niños, pues tras quedar viuda a los veinte años, se incorporó a la seglar Tercera Orden Franciscana, vendió sus bienes en favor de los pobres y financió la construcción de un hospital en Marburgo (Alemania).
(Texto extractado de L. Azcue Brea: 2009, pp. 111-139 y L. Azcue Brea, 2019)