Viaje de Jacob
Segunda mitad del siglo XVI. , 155 x 257 cmDepósito en otra institución
Como señalara Arslan (1960), se trata de la mejor versión conocida de la Partenza per Canaan (Venecia, Palazzo Ducale; 150 x 205 cm), que Jacopo Bassano pintó para el patricio veneciano Jacopo Contarini, y que su descendiente Bertucci Contarini donó a principios del siglo XVIII al Palazzo del Governo de Venecia, donde se cita en 1733. El original, fechado hacia 1579, es la última y la más grandiosa redacción de un tema muy querido por Jacopo desde que lo abordara por primera vez hacia 1560. En esta ocasión retomó el esquema de una composición de similares características: el Retorno de Tobías de hacia 1573 (Dresde, Gemäldegalerie), pero otorgándole una amplitud panorámica (en ninguna obra cobra tanto protagonismo el paisaje respecto a los personajes), y potenciando su tono crepuscular. La pintura ilustra la marcha de Jacob hacia Canaan (Génesis 31, 17-18), y Jacopo acertó al plasmar esa sensación de partida mediante la distribución zigzageante de la comitiva, que se aleja progresivamente del espectador y del plano pictórico hacia un destino marcado por la prominente roca de Galaad en la lejanía.
La versión del Prado, que reproduce puntualmente el original, es sin embargo más apaisada, probablemente por haber sido cortada en su parte superior, pues el inventario del Alcázar de Madrid de 1686 le otorga una altura de dos varas, unos 22 centímetros más que en la actualidad. Con todo, la mayor diferencia estriba en la iluminación. El tono crepuscular que Jacopo imprimió al original ha desaparecido por completo y con él lo ha hecho también el acusado contraste entre el fondo iluminado y una zona intermedia de penumbra, rico en sugerencias al visualizar el viaje como una peregrinación en busca de la salvación. La autoría de esta excelente réplica debe atribuirse a Francesco, cuya impronta resulta evidente en el tratamiento del paisaje y el carácter menos desecho de las figuras. Aunque pudiera haberse servido para su ejecución de un schizzo coloreado (Spilimbergo, colección particular), la semejanza con el original es tal que debió tenerlo presente (Texto extractado de Falomir, M.: Los Bassano en la España del Siglo de Oro, Museo Nacional del Prado, 2001, p. 64).