Conchillos y Falcó, Juan

Discípulo de March, viene a ser Conchillos el último representante de la tradición valenciana en los momentos en que el barroco decorativo hace su irrupción total y destierra el sobrio y un tanto arcaico naturalismo local. De su obra al óleo se han conservado por desgracia pocas obras, que atestiguan su oficio y su habilidad compositiva ('Historias de la Santa Faz', Alicante; 'Inmaculada Concepción', col. particular, Madrid). Mejor conocida es su incesante actividad de dibujante a que alude su amigo Palomino, que afirma que no dejó ni un sólo día de dibujar al menos una figura. Se conservan bastantes de esas 'academias', fechadas casi todas ellas con sumo cuidado, y también algunas composiciones y paisajes.
(Pérez Sánchez, A. E. en Museo del Prado. Catálogo de Dibujos. Dibujos españoles de los siglos XV-XVI-XVII, Madrid, 1972, tomo I, pág. 86)