Don Sebastián, rey de Portugal
Hacia 1580. , 114 x 91 cmDepósito en otra institución
En este retrato de tres cuartos, de fuerte eficacia visual gracias a la ausencia de cualquier elemento en el fondo, sólo interrumpido por la poderosa sombra que proyecta el retratado, aparece el rey Sebastián (1554-1580) en los últimos años de su corta existencia, ataviado según la moda española, con coleto y tudesco negros que subrayan la riqueza de las calzas y el jubón, bordados en oro sobre fondo blanco. Significando su condición de soldado cristiano, el rey toma el pomo de la espada, mientras que sobre el pecho luce la cruz de la orden de Cristo, de la que era gran maestre como rey de Portugal. En su derecha lleva unos guantes, signo común de distinción que se repite en numerosos retratos de los Austrias, especialmente en los de su madre, la infanta doña Juana.
Nació en Lisboa, en enero de 1554, pocos días después de la muerte de su padre, el príncipe don Juan, único hijo del rey Juan III. Fue criado por su abuela paterna, la reina regente doña Catalina, una vez que su madre, la infanta española doña Juana de Austria, regresara a suelo castellano, cuatro meses después del nacimiento del hijo. Razones de estado impidieron que doña Juana volviera a ver a su hijo, por lo que los retratos que con frecuencia llegaban a España sirvieron a la princesa para ver crecer a don Sebastián. Joven educado en los valores caballerescos y deseoso de convertirse en el brazo armado de la causa católica, en razón de esta idea, y desatendiendo consejos, en junio de 1578 pasó a tierras africanas y el 5 de agosto fue derrotado en la llanura de Alcazarquivir. El cuerpo del rey no fue encontrado y con ello, la figura de don Sebastián se convirtió en personaje legendario. Con su desaparición, al no tener descendencia, Portugal se incorporó a la corona española por razones de herencia dinástica. A partir de este momento aparece el fenómeno del "sebastianismo" y durante años aparecieron algunos personajes que se hicieron pasar por el Monarca, supuestamente liberado tras el cautiverio.
El último retrato del rey Sebastián fue realizado por el pintor de la corte de Turín Giorgio Soleri, quien fue enviado a Lisboa en 1578 para retratar al rey antes de marchar a Marruecos, donde desaparecería en la batalla de Alcazarquivir. Del modelo se sirvió Alonso Sánchez Coello para realizar este retrato en el que el monarca luce la cruz de la orden de Cristo.
Esplendores de Espanha de el Greco a Velazquez, Río De Janeiro, Arte Viva, 2000, p.55