Joven sentado con un perro
Hacia 1695. , 263 x 185 mmNo expuesto
Arpino, hijo de un modesto pintor de de exvotos, llegó a Roma muy joven, trabajando con los pintores que en ese período decoraban el Vaticano. Formó parte de la Academia de San Lucas y su precocidad artística se revela en los numerosos encargos que realizo por entonces con relativa independencia. Trabajó en Nápoles para la Cartuja de Martín y a su regreso a Roma el pintor llegó rodeado de una fama considerable, que le procuró rápidamente los más importantes encargos del ámbito oficial. Arpino permaneció ajeno al cambio profundo que hacia 1600 experimentó la pintura romana por obra del naturalismo de Caravaggio y del clasicismo de Annibale Carracci y él permaneció fiel al estilo manierista de su formación, transformando poco a poco en un clasicismo personal, austero y frío, de colorido claro, que siguió siendo apreciado hasta su muerte.
No se conoce ninguna obra pictórica de Arpino relacionada con este magnífico estudio del Prado. La vivacidad de su estilo, resultado del trazo nervioso de los contornos, de la aparente libertad del sombreado y de la intensidad de la mirada del personaje, obliga a fecharlo en el período temprano de la actividad del artista, tal vez en torno a 1695, ya que es obra cercana a los dibujos preparatorios para el fresco del Encuentro de la loba del Palacio de los Conservadores de Roma. (Texto extractado de Mena Marqués, M.B., Catálogo de dibujos. VI. Dibujos italianos del siglo XVII, Museo del Prado, 1990, p. 27-28).