Nectanebo I, arrodillado (Dinastía XXX)
380 a.C. - 362 a.C.. Piedra, 99 x 38 cmDepósito en otra institución
Estatua muy fragmentada y restaurada del faraón Nectanebo I (380-362 a. C.), primer monarca de la dinastía XXX. De las dos estatuas arrodilladas que reunió el marqués del Carpio, ésta es la única que adquirió Felipe V. Son originales las piernas, el faldellín y parte de la inscripción del zócalo, mientras que la cabeza, que no pertenece a la estatua original, fue añadida, probablemente en época romana.
La colección egipcia, formada en Roma por el Marqués del Carpio, incluía inicialmente quince ejemplares, pero tres de ellos (un cinocéfalo, una imagen de rodillas y una de pie), fueron adjudicadas a otros compradores durante las operaciones de venta en la subasta de la colección. En una atmósfera cultural dominada por una propensión generalizada al mundo egipcio, estimulada por las investigaciones realizadas por el jesuita Athanasius Kircher, Carpio mostró absoluta sintonía con los intereses de su tiempo, recogiendo hallazgos egipcios. Como revelan los libros y objetos de Cabinet que poseyó, el Marqués demostró gran interés por la astrología, la alquimia y las denominadas ciencias ocultas. Le cautivó Egipto en viajes en los que anhelaba unirse a la conciencia suprema de los misterios divinos. Nueve "ídolos egipcios" habían pertenecido al cardenal Camilo Massimi, a quien el Marqués del Carpio sustituyó tras su muerte en 1677, y habían sido recuperados poco tiempo antes por los jesuitas en la Villa Adriana en Tivoli. Seis de ellos (incluyendo la estatua de Nectanebo I) podrían haber sido adquiridos en el mercado de antigüedades y ser de procedencia urbana (¿Iseo Campense?). Si se comparan las ilustraciones del Albura Carpio y las preparadas para ilustrar el estudio que el monje basiliano Eutichio Ajello y Liscari había realizado por encargo de Isabel de Farnesio sobre las obras antiguas presentes en la Real Galería de San Ildefonso, se verá cómo, durante su permanencia en la residencia real, algunas esculturas egipcias fueron sometidas a una restauración que alteró parcialmente su aspecto tras su primera reconstrucción en Roma, cuando se encontraban en un estado de extremo deterioro. Sin embargo, la estatua de Nectanebo no experimentó renovación alguna puesto que ya había sido ampliamente retocada cuando pasó a formar parte de las posesiones del Marqués del Carpio (Cacciotti, 2010, pp. 80-81).
Arrodillado de forma rígida y hierática, sobre los talones, lleva entre las manos una mesa de ofrendas, cubre su cabeza con un sencillo tocado, que imita el nemes, uno de los cubrecabezas de los faraones, y viste el típico faldellín schenti. En el pilar dorsal aparecen los cinco nombres del faraón escritos en jeroglíficos, que mencionan la titulatura completa de soberano con los dos últimos inscritos en un cartucho (nomen y prenomen). La inscripción confirma la procedencia original de la escultura, la ciudad de Hermópolis Baqliya, cuyo dios principal, Osiris-Merity, también aparece mencionado en la inscripción (Pérez Die y Pons, 2017, p. 39).
Los inventarios realizados a la muerte de Carlos III lo describen como "otro (ydolo) sentado sosteniendo sobre si una mesa de sacrificio y varios caracteres en el pedestal; le falta el dedo meñique de la mano izquierda". Según la mayor parte de los autores, representa a Nactanebo II (358-350 a.C.), pero María del Carmen Pérez Die confirmó que se trata de Nactanebo I (380-362 a.C.), primer monarca de la dinastía XXX , basándose para ello en las inscripciones jeroglíficas -auténticas, como buena parte del cuerpo- que adornan la espalda y la base de la estatua.
La trascripción de cada jeroglífico de la inscripción, realizada por Perez Die y Pons señala: "Horus el de fuerte brazo", "el Rey del Alto y del Bajo Egipto", Nombre de las Damas: "el que embellece los dos países", Nombre de Horus de Oro: "El que hace lo que aman los dioses", Prenomen (precedido del título Rey del Alto y Bajo Egipto escrito más arriba): (en cartucho) "El ka de Ra está en transformación", Nomen: (en cartucho) "el Hijo de Ra, Señor de las apariciones, Nectanebo" (El Museo agradece la colaboración científica de las especialistas Carmen Pérez Die, Conservadora emérita del Museo Arqueológico Nacional, y Esther Pons Mellado Conservadora-Jefe del Departamento de Antigüedades egipcias y del Oriente Próximo del Museo Arqueológico Nacional).