San Jerónimo penitente
1546. , 99 x 90 cmSala 042
Lorenzo Lotto pintó varias veces a san Jerónimo penitente, desde las versiones más tempranas, deudoras de Durero y Bellini (París, Museo del Louvre, 1506) y el joven Rafael (Roma, Museo Nacional de Castel Sant`Angelo, c.1509), hasta las más personales interpretaciones de los años cuarenta. En el bienio 1544-1546 su Libro dei Conti registra cuatro pinturas con esta temática, tres de las cuales se conservan: Muzeu de Arta en Bucarest, Galleria Doria Pamphilj de Roma, y Museo del Prado. Aikema identificó ésta última con la iniciada el 24 de julio de 1546 para Vincenzo Frizieri, por la que pagó ocho ducados. Lotto y Frizieri eran gobernadores, junto a Giovanni Maria Giunta, del Hospital de los Desamparados de San Juan y San Pablo, uno de los cuatro grandes centros asistenciales fundados por el gobierno veneciano en 1527, al que Lotto hizo beneficiario de su testamento el 25 de marzo 1546. Frizieri habría encargado la pintura para la capilla del hospital. La austeridad pictórica de San Jerónimo y su énfasis en la penitencia y la automortificación estarían en perfecta sintonía con los ideales religiosos imperantes en el Hospital, uno de los centros más dinámicos de la Reforma Católica en Venecia.
El episodio de san Jerónimo penitente, cuya fuente es una carta del santo a Eustoquia del año 384 d. C., había cobrado protagonismo desde el siglo XV ligado a movimientos espirituales que aspiraban, a través de la oración, a una estrecha unión con Cristo. Jean Gerson (1363-1429), a quien se atribuye el manual de espiritualidad De imitatione Christi, participaba de estas inquietudes y Lotto poseía un ejemplar del mismo. Las coordenadas espirituales que explican la obra se completan con la Compañía del Divino Amor (bajo la advocación de San Jerónimo y que, dedicada al cuidado de enfermos incurables, mantuvo estrechos lazos con el Hospital de San Juan y San Pablo), y con los Hermanos Barnabitas de San Pablo, para quienes la contemplación de la pasión de Cristo constituía el mejor antídoto contra los deseos carnales y cuyos miembros colaboraban con el Hospital. Este ambiente explicaría la iconografía de San Jerónimo, excepcional por mostrar al santo no golpeándose el pecho con la piedra mientras contempla el crucifijo como era habitual, sino con los brazos en cruz, imitando espiritual y físicamente a Cristo en la cruz, estadio supremo de comunión con Dios al que aludiría el texto que muestra el ángel: NUNC LEGIT NUNC ORAT NUNC PECTORE CRIMINA PLORAT. En 1575 el Hospital de San Juan y San Pablo fue rehecho y dedicado a la Virgen María, y tal vez entonces se vendiese el San Jerónimo penitente, que puede identificarse con el que, atribuido a Tiziano, regaló en agosto de 1587 el embajador veneciano Hieronimo Lippomano a Felipe II.
San Jerónimo ingresó en El Escorial el 8 de junio de 1593 atribuido ya a Lotto. El cuadro era apropiado a su destino. En torno a la mortificación y la oración vertebró un autor tan ligado a El Escorial como José de Sigüenza su Vida de S. Gerónimo doctor de la Santa Iglesia (1595), mientras en la actitud del santo el creyente podía reconocer una de las formas de oración recomendadas por Fray Luis de Granada en su Guía de Pecadores (1556:) El sexto modo de orar era poniéndose en cruz [...] De esta manera oró el Salvador cuando, estando crucificado, hizo oración para nosotros con grande clamor y lágrimas y fue oído por su reverencia.
La pintura, de la que existe una versión simplificada en Roma (Galleri Doria-Pamphilj), ingresó en el Museo del Prado en 1819 (Texto extractado de Falomir, M. en: Italian Masterpieces. From Spain`s Royal Court, Museo del Prado, 2014, p. 90).