Trousse de veneur; estuche de utensilios para preparar la caza
1550 - 1555. Metal, Terciopelo, 34,6 x 33 cmSala 079B
Estuche de tapa cuadrada, forrado exteriormente en piel verde profusamente decorada con apretado semis de lises y delfines, para guardar utensilios para preparar la caza (O3498-O3511). Decorado con escudo central redondo, cuartelado con las tres lises y el delfín alternado. Rodeado por los collares de la Órden de san Miguel y la del Espíritu Santo. Se inscribe en una gran orla compuesta de varias cenefas: una de las grandes, lises y filetes, y otra doble con ramos estilizados separados por ovas. En el interior, forrado en terciopelo carmesí, con hendiduras para acoplar las piezas, se conservan catorce instrumentos con mangos de marfil y metal sobredorado: dos cuhillos, uno de hoja curva y otro de hoja recta; una podadera mediana y otra pequeña; un cuchillo con muelle, una sierra pequeña, unas tijeras de hierro, un punzón, un martillo, un botador, un desclavador y una barrena pequeño.
Este lote de instrumentos sirven para preparar las piezas cobradas en la cacería. Existe un paralelo muy similar en el Musée National de la Renaissance, Castillo de Ecouen. Esta caja de instrumentos formó parte de la colección de alhajas que recibe el joven Felipe, duque de Anjou, tras la muerte de su padre Luis de Borbón (el Delfín de Francia). La colección llega a España con el joven rey, que reinará en España con el título de Felipe V. Estos catorce instrumentos guardados en un estuche, fueron tasados muy bajo y, en el momento del saqueo en 1803 fueron despreciados por los franceses y no viajaron a París. Posteriormente, este lote fue entregado, con el resto de las alhajas, al Museo del Prado, por la Junta Gubernativa del Museo de Ciencias Naturales. Desde al menos la segunda mitad del siglo XIX se perdió su pista y, cuando en 1873 fue entregado como depósito del Prado al Museo Arqueológico Nacional, ya no se le relacionaba como perteneciente al Tesoro del Delfín. Sin embargo, al cuadrar los inventarios, se adirtió que el presente lote no habían sido mencionados entre los objetos robados en 1918. Al revisar diversas publicaciones, se reconoció este estuche como pertenecientes al Tesoro del Delfín.
Arbeteta Mira, Letizia, El tesoro del Delfín: alhajas de Felipe V recibidas por herencia de su padre Luis, Gran Delfín de Francia, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2001, p.202,203