El Jardín Botánico desde el Paseo del Prado
1792 - 1799. , 58 x 88 cmSala 093
Al valor documental que se ha dado siempre a esta escena hay que sumar su extraordinaria importancia al permitir conocer, dado su estado inacabado, el modo de trabajar del artista. Así, se advierte cómo sobre una preparación amarillenta ha trazado en primer lugar, a lápiz, las líneas que le facilitarán situar en el espacio, en varios planos de profundidad, los distintos elementos de la obra. También a lápiz ha esbozado la arquitectura y las figuras del primer término. Es posible apreciar que, al aplicar el óleo, primero ha pintado la puerta, por encima de ella los troncos de los árboles y, sobre estos, las hojas -con tal detalle que se pueden contar una a una-, sin dejar reservas, lo que igualmente se ve en las figuras situadas en segundo plano. Los personajes están pintados mediante la superposición de capas de color, partiendo de una ligera mancha para finalizar contorneándolos con un pincel finísimo con el que también resuelve detalles y luces en blanco, a veces no más que filamentos que otorgan la singular apariencia nacarada y preciosista propia de la pintura de Paret. Delgado ya indicó la posibilidad de que el artista estuviera trabajando en esta obra en el momento de su fallecimiento, en febrero de 1799, idea que se comparte aquí, así como su vinculación con el encargo de "vistas de Madrid, sitios reales, regocijos y funciones públicas" que se le hace en el verano de 1792, tres años después de su vuelta a la corte.
Dentro del conjunto de escenas que el pintor tuvo que idear no podía faltar la representación del remodelado Paseo del Prado, lugar principal de recreo de la villa, en el que individuos de todas las clases sociales confluían para ver y dejarse ver. En este caso, el entorno escogido es la entrada del Real Jardín Botánico, creado por iniciativa de Carlos III e inaugurado en 1781 con el fin de promover costumbres y entretenimiento saludables para todos los ciudadanos, como se lee, con toda claridad, en la inscripción situada en la puerta de acceso, que había sido diseñada por Francisco Sabatini. Se ha especulado sobre el motivo mostrado, dudándose de si realmente se trata de un paseo o de alguna fiesta. Cabe recordar que en el momento de su subasta en Londres en 1912 el cuadro se tituló "Inauguración del Jardín Botánico de Madrid", interpretación que resulta plausible ya que, por un lado, pelucas, peinados, vestidos y tricornios corresponden con modas de la década de 1780 y, por otro, al evento asiste la familia real, como delata la presencia, hasta ahora inadvertida, de siete integrantes de la Guardia de Corps de la compañía flamenca, identificados por el uniforme de casaca azul y banda amarilla, que aparecen por detrás del grupo principal, seis montados a caballo en pareja y otro en pie, en primer término, junto al abate que ofrece tabaco a otro caballero. Finalmente, resulta obvio que un acontecimiento de tales características tuvo que congregar a personas de distintas clases sociales, desde la nobleza hasta el pueblo llano, representado en el cuadro por majos y majas, sin olvidar al clero. Es fácil suponer, pues, que la zona de la tabla que quedó inacabada se destinaría a la llegada del monarca. De este modo, Paret afronta la representación de un evento pasado al que no pudo asistir pero que fue lo suficientemente emblemático dentro del reinado de Carlos III como para dejar constancia de él dentro de la serie de vistas que se le encargó. El hecho de no haberlo conocido de primera mano explicaría que la pintura no incluya ningún retrato entre los asistentes, a diferencia de lo que sucede en la Jura de don Fernando como Príncipe de Asturias, si bien no faltan personajes de intensa caracterización, como el anciano de perfil que se dispone por detrás de la maja agachada en primer plano.
Tal vez la importancia del acontecimiento mostrado, unida al indudable atractivo estético de la pintura, explique el elevado número de copias que se conocen de ella (Albarrán, V., "Luis Paret y Alcázar. El Jardín Botánico desde el Paseo del Prado", en Maurer, G., Paret, Museo Nacional del Prado, 2022, pp. 262-263, n. 82. Con el acuerdo de la autora se ha rectificado el nombre del diseñador de la puerta de acceso al Jardín Botánico, antes Juan de Villanueva, por Francisco Sabatini, rectificación basada en Marín Perellón, F. J., "El Real Jardín Botánico", en Sancho Gaspar, J. L., Martínez Díaz, A., Vázquez Gestal, P., El Madrid de Sabatini: La construcción de una capital europea (1760-1797), Madrid, Ayuntamiento de Madrid, 2021, pp. 350-357).
Entre las copias que se conocen son quizás las de mayor calidad las que pertenecieron a la colección del marqués de la Torrecilla y a C. García Luz; de las restantes una fue citada por Manuel Cluet, otra la conoció J. A. Gaya Nuño, otra perteneció a la Sra. Andreu de Klein y la última se conserva en el Museo Lázaro Galdiano.