Herma
Primera mitad del siglo I. , 52 x 29,5 cmNo expuesto
Los hermas, en su origen postes que señalaban los limites de un campo y que colocaban bajo la advocación del dios Hermes, cobraron carácter monumental en Atenas bajo la tiranía de Hiparco (522-514 a.C.). Por esta razón, se impuso la costumbre de dar a la cabeza del dios -siempre el más representado para este cometido- rasgos arcaizantes muy marcados en la cabellera y las barbas.
La presente cabeza -correctamente reconstruida como herma por su primer propietario, J. N. de Azara- es un buen ejemplo de este principio, ya que sólo el fino trazado de los ojos y la carnosidad de los mechones de la frente revelan la verdadera cronología del original. En cuanto a la inscripción SARDANAPALLOS, añadida también por Azara, parece tener como origen el parecido de esta imagen con el Dioniso Sardanápalo del Vaticano, otro dios inspirado en prototipos arcaicos (Texto extractado de Elvira Barba, M.A.: Escultura clásica. Guía, Museo Nacional del Prado, 1999, p. 73)