Cabeza de Marte
200 - 250. , 64 x 30 cmNo expuesto
La pieza representa a un hombre con barba, que lleva un yelmo echado hacia atrás. A causa de su pequeño tamaño, sin embargo, no podría encajarlo en la cabeza. Las lengüetas laterales para protección de las orejas apenas se distinguen de la cabellera. La escasa habilidad del escultor, que se percibe ya en el yelmo, dificulta la identificación de la obra. Debido a la adaptación moderna en forma de herma y a su mirada que parece la de un retrato y a su mirada que parece la de un retrato, la cabeza, identificada en los inventarios antiguos como Pericles, se asemeja al retrato de un estratega. Pero las analogías tipológicas son más evidentes con la iconografía del dios Marte, cuya tipología, a su vez, se remonta en parte a los retratos de los estrategas. Se asemeja a éstos por el cabello largo, que se enrosca sobre la frente formando tres rizos y que delimita el rostro de forma triangular, ondea hacia atrás en los lados y llega a caer hasta más allá del borde del yelmo. Los rizos, que también en la parte posterior corren paralelos al borde del yelmo, cubren casi completamente las orejas. Sin embargo, la expresión de cierta ferocidad del rostro, que resulta de la contracción de las cejas y de la boca abierta, es característica de las representaciones de Marte (Texto extractado de Schröder, S. F.: Catálogo de la escultura clásica, Museo Nacional del Prado, 2004, p. 354).